miércoles 18 mayo 2016 |
Gestión Humana
La maternidad representa una serie de cambios y responsabilidades para las mujeres; es una condición especial que les permite desarrollar habilidades para la crianza de los hijos, el manejo de la familia, el trabajo y la vida en general.
Aunque es una experiencia personal con vivencias muy particulares para cada mujer, forja y fortalece al mismo tiempo una serie de cualidades que pueden resultar muy valiosas en el ámbito laboral.
Una madre mejora sus habilidades para asumir riesgos y planificar actividades diarias, es más organizada y perseverante por lo que puede realizar grandes aportes a cualquier equipo de trabajo.
Asimismo, las mujeres madres son más responsables, incrementan su capacidad de cumplir con varias actividades a la vez y manejan mejor su tiempo ya que además del trabajo, deben llegar a casa a hacer tareas con sus hijos, atenderlos, jugar con ellos y continuar siendo esposas, mujeres y profesionales.
Los beneficios de trabajar con mujeres mamás son varios. Además del valor de su experiencia y nuevas habilidades; son más confiables, estables y menos propensas a cambiar de empleo lo que implica una menor rotación de personal.
Finalmente, gracias a su buen ejemplo las madres trabajadoras pueden ser percibidas por sus compañeros o colaboradores como un modelo a seguir para lograr el balance ideal entre la vida personal y profesional.