miércoles 15 junio 2016 |
Candidatos
Iniciarse en el mundo del trabajo es una decisión que depende de las circunstancias sociales, académicas y económicas de cada persona. Sin embargo, adquirir experiencia mientras estás estudiando puede representarte algunos beneficios.
Los conocimientos adquiridos en la academia son la base de cualquier profesión pero finalmente es el trabajo práctico y real el que te permitirá afianzar y fortalecer esos conceptos en el ejercicio de tu carrera.
Aunque estudiar y trabajar simultáneamente resulte agobiante, puedes empezar con algún trabajo o pasantía de medio tiempo mientras va disminuyendo la carga académica.
Cuando se acerque la mitad o última etapa de tu pregrado, dependiendo de la universidad y el programa de estudio, deberás realizar una práctica que puede convertirse en tu primera experiencia laboral así como el primer escalón de una fructífera carrera profesional.
Contar con experiencia cuando te gradúes puede representarte una ventaja frente a otros profesionales al aplicar a ofertas de empleo o participar en procesos de selección. Esto implica que has tenido la oportunidad de enfrentarte al mundo laboral y tienes conocimiento de la dinámica del trabajo en una o diferentes empresas.