viernes 22 mayo 2015 |
Gestión Humana
Casi el 50% de la población mundial está constituida por mujeres, y más del 30% de las organizaciones están lideradas por ellas. Hace más de 10 años se considera que las mujeres cuentan con habilidades, capacidades y destrezas requeridas para liderar proyectos, áreas e incluso organizaciones completas. La mujer atraviesa por un ciclo histórico en donde se hace más visible por su competitividad profesional y laboral, factor que la convierte en un rival fuerte e integral, frente a aquellos hombres que durante años levantaron grandes industrias.
Las mujeres llevan años perfeccionando discretamente su forma de liderar, ya que mientras que el hombre desempeñaba el papel del proveedor, la mujer estaba administrando, gestionado, motivado, delegando y mediando en el hogar. Una labor que, en términos corporativos, podría aplicar en cualquier empresa.
Todas estas habilidades aprendidas y heredadas del ejemplo, hoy han beneficiado indudablemente a las organizaciones a cargo de mujeres, pues han hecho de estas empresas compañías más rentables, y con gran experticia han manejado las crisis corporativas.
Marcela Castillo, Business Manager de Adecco Professional, opina que “la mujeres cuentan con características inherentes al género y a su rol en la sociedad, que le otorgan una posición auténtica a la hora de liderar. El liderazgo femenino involucra intuición, fraternidad, múltiples tareas, dedicación, entre otras características propias de las mujeres. Hoy en día las mujeres dirigentes están demostrando que su estilo tiene un retorno positivo sobre los negocios y en crea una cultura que es atractiva para los empleados”.
En este sentido, esta experta en recursos humanos de la división Head Hunter del Grupo multinacional suizo, menciona cinco puntos fuertes en el liderazgo de las mujeres.
1. Creen en los valores. Los valores son la base del estilo de liderazgo de las mujeres. A través de ellos observan, analizan, procesan y determinan la acción a tomar en cada situación. Las líderes definen sus valores y los aplican de manera coherente en su vida laboral y profesional.
2. Son holísticas. Ven el mundo de manera integral. Cuando definen el éxito incluyen profesión, hijos, familia, amigos, y sus aspectos personales. Su perspectiva es multifacética. En la resolución de problemas, van más allá de los hechos, valoran diferentes puntos y analizan impactos a la hora de tomar una decisión.
3. Ejemplican y acompañan. Las mujeres se toman el tiempo para enseñar a través del ejemplo, reflejan a través de sus acciones, lo que esperan recibir de sus equipos y son conscientes de la importancia de acompañar las prácticas de sus equipos y retroalimentar constantemente.
4. Generan confianza. La perspectiva de la mujer integral se extiende a los empleados. Conocen a su equipo de trabajo y sacan su mejor potencial. Las mujeres líderes son más propensas a comprender y entender lo que los empleados enfrentan en sus vidas. Este nivel de confianza refuerza el compromiso de los empleados para el éxito del negocio.
5. Generan y mantienen relaciones. Les gusta construir relaciones sólidas y productivas con empleados, compañeros y líderes de la organización, al igual que con clientes y proveedores. A través de estos lazos, quieren hacer entender que todos pueden contribuir al éxito de la empresa.