Head Hunting: zapatero a tus zapatos

miércoles 16 noviembre 2016 | Gestión Humana
Contratar una empresa de Head Hunting para encontrar al candidato ideal para una vacante es una práctica que favorece la competitividad. ¿La razón? Muy simple: cuando una empresa encarga a un tercero la búsqueda de su nuevo empleado ambas partes están haciendo lo que mejor saben hacer. Así, mientras que el Headhunter se encarga de encontrar los perfiles que mejor se adapten a los requerimientos de la vacante que se quiere llenar, la empresa que lo contrata se concentra en sus operaciones del día a día. Ahora, por supuesto que una compañía no puede encomendar la contratación de cada uno de sus empleados a una firma de Head Hunting. Se recomienda que este ‘encargo’ se haga para altos cargos cuyo trabajo sea determinante para las directrices que sigue la empresa. Para este fin es preciso que la empresa entregue a la Head Hunter información precisa y veraz sobre el perfil que está buscando. Es vital que haya claridad sobre lo que espera el cliente para que el proceso de selección sea exitoso. Entregar información opaca o no tener claridad sobre lo que se está buscando se traducirá -como mínimo- en una pérdida de tiempo para las partes e incluso para los candidatos al cargo. Además, vale la pena destacar que la experiencia con la que cuenta una empresa cazatalentos hace que el candidato elegido sea el preciso para el cargo. Hay que entender que estas firmas realizan cientos de procesos de selección cada año, por lo que su mira para hallar el perfil que encaje en las necesidades de la empresa está más que afinada. Esta precisa elección, a la larga, también debe redundar en un aumento de la competitividad. En suma, la contratación de una firma de Head Hunting para ciertos cargos favorece la competitividad ya que los recursos de cada una de las partes involucradas se centran en lo que realmente saben hacer. Además, la experticia de las firmas cazatalentos permite afinar la mira para encontrar al candidato ideal para llenar la vacante disponible. Así que, como reza el viejo y popular refrán: zapatero a tus zapatos.