jueves 11 junio 2015 |
Gestión Humana
Para muchos hombres, tomar decisiones sobre en qué, dónde y para qué invertir, son determinantes en la búsqueda del camino al éxito y en la apertura a nuevas oportunidades de vida. Por eso, en muchos casos, la decisión se da tras una consulta con personas cercanas, asesorías y, por supuesto, conversaciones con las parejas.
En este último caso, la confianza, el cariño y las proyecciones juntos entran en juego en la decisión y hacen que invertir en pareja o emprender negocios juntos, sea una opción viable. Por eso listamos algunos aspectos positivos y negativos que te pueden servir para tener en cuenta cuando te encuentres en esta situación.
Positivo
Tranquilidad: A diferencia de trabajar con un amigo, socio o inversionista, tener un negocio con tu pareja implica confianza y eso es fundamental a la hora de distribuir funciones, responsabilidades y tareas. Tener a tu pareja de tu lado es una garantía de tener un equipo inicial encaminado hacia el mismo rumbo.
Diversión: Para cualquier trabajo, un ambiente amigable, de apoyo y de seguridad permite generar mayor productividad y motivación. Tratándose de un negocio propio con tu pareja, incluso puede resultar divertido y será un tema que les ayudará a crecer a ambos y encaminar su futuro.
Menos desgaste: Seleccionar personal, diseñar estrategias, conseguir clientes, revisar facturas, llevar control… todo lo que necesitas para que tu negocio marche bien requiere tiempo, esfuerzo y dedicación. Que la persona que tienes al lado no solo sea tu principal apoyo sino una motivación para continuar adelante es un gran avance para tus planes. Además, no encontrarás a alguien más con esas características.
Nuevos lazos: Tener un proyecto en pareja garantiza la creación de lazos que permiten mejorar y fortalecer la relación. Eso sí, es importante saber diferenciar el tiempo de trabajo con el tiempo personal.
Menos obstáculos: Bien sea que tu negocio funcione en casa, o no; trabajar juntos facilita el transporte, la planeación de actividades, la atención de cosas personales y la resolución de situaciones que normalmente, al estar separados, se suelen delegar a terceros. También puede ser una oportunidad de ahorro.
Si bien estos aspectos podrían llevarte a tomar la decisión definitiva de emprender tu negocio en pareja, también existen factores que pueden hacerte dudar.
No tan bueno
Mezclar lo que no se debe: Los problemas que se generen en el negocio son muy susceptibles de mezclarse con lo personal. Es importante establecer límites y pensar de manera objetiva sobre las situaciones que se presenten.
Restricciones: Que tu pareja sea tu persona de confianza en el trabajo puede generar reservas en tus demás colaboradores. Nadie se atreverá a darte quejas de tu novia o esposa, así tengan razón. Por eso es importante establecer mecanismos que garanticen comunicación efectiva y constructiva en tu negocio.
Caja menor: Ten cuidado con que tu negocio sea la caja menor de tu hogar o viceversa. Seguramente deberán invertir juntos, pero es importante separar las bolsas financieras para cada aspecto.
Monotonía: Estar demasiado tiempo juntos puede ser perjudicial para las relaciones y en ocasiones pude sofocar a las parejas. Sin embargo, crear espacios diferentes y usar la creatividad para cultivar lo personal funciona muy bien para evitar la monotonía.
Así que si estás pensando en emprender un negocio con tu esposa o tu novia, evalúa estos aspectos y toma una decisión favorable. Nadie conoce tu relación de pareja más que tú y lo importante es no dejar que aspectos externos afecten las ideas que, seguramente, determinarán tu futuro.