lunes 22 junio 2015 |
Gestión Humana
Por: Marcela Castillo - Business Manager Adecco Profesional
¿Un líder es un directivo?, ¿un directivo es un líder?, ¿son todos los líderes directivos?, y ¿los directivos siempre líderes? La respuesta es que no todos los líderes son directivos, ni los directivos son siempre líderes.
Es por eso que hoy en día en la alta gerencia se habla del líder-directivo. Este equilibrio garantiza que la organización se efectiva, genere un buen clima laboral, una alta satisfacción por parte de los equipos el trabajo, altos estándares de calidad y resultados positivos para la empresa.
De ahí la importancia de tener clara las diferencias que conforman tanto al liderazgo como a la dirección, ya que generalmente las personas asumen que un gerente, por defecto, es un líder; cuando en realidad existen muchas características que diferencian a uno de otro.
El atributo del Directivo es la autoridad y la del líder es inspirar y convocar
Mientras el directivo recibe la autoridad de jerarquía que le otorga la organización, la cual que debe ser respetada y obedecida, el líder más que un atributo dado por una estructura, inspira y recibe respaldo en cualquier nivel (colaboradores, parners, otros directivos), a través de su habilidad para convocar y promover cambios desde su condición como persona y profesional.
El directivo administra el proceso y el líder desarrolla personas
El directivo centra su atención en administrar el ciclo de su gestión: organizar, controlar, resolver problemas, precisa tareas y actividades en función de los resultados, no pierde de vista los proceso, la metodología, el paso a paso. Su interés y hasta su preocupación latente, es que se cumplan los objetivos, incluso si el esfuerzo sobrepasa los recursos. El líder puede incluir la administración del directivo, pero integra a su gestión otros variables como las personas, transforma los problemas en oportunidades, genera espacios de aprendizaje e incluso toma decisiones respaldando las iniciativas del equipo. Su interés es obtener los resultados con un equipo integrado, motivado y comprometido; le preocupa que las personas actúan bajo la rutina, sin comprender el por qué y el para qué de las cosas y de los esfuerzos.
El directivo se hace obedecer y al líder los siguen voluntariamente.
Aplica la frase que el respeto no se impone sino se gana. Pues en la posición de Directivo, los equipos de trabajo se acogen a un conjunto de normas y doctrinas planteadas como el ABC para que se generen los resultados. Un líder expone alternativas y coordina con el equipo la forma efectiva de proceder, En cambio, al líder lo siguen voluntariamente porque ha generado confianza y admiración.
Si requiere ejercer autoridad, basta con poner posicionar sus ideas para promover acciones. En cualquiera de los dos casos, la forma de actuar y proceder tendrá un impacto positivo o negativo y se verá reflejado en la motivación y el clima laboral de la empresa.
El directivo tiene visión a corto plazo y el líder perspectiva a largo plazo. Los directivos crean planes y presupuestan, ponen orden, toman decisiones, eliminan riesgos, velan por el corto plazo, hacen razonamientos deductivos, mientras que los líderes son visionarios, creativos, innovadores, adoptan riesgos y usan razonamientos inductivos.
En este orden de ideas, los procesos de dirección son tan importantes como los de liderazgo y son complementarios el uno del el otro. El liderazgo complementa la dirección, y la dirección al liderazgo. Justamente es ese equilibrio que deben encontrar las organizaciones en sus altos ejecutivos para conseguir los objetivos marcados.