miércoles 03 agosto 2016 |
Candidatos
Cuando llevas un ritmo laboral frenético, uno de los primeros síntomas que aparecen en tu entorno es el estrés y generalmente este siempre estará seguido de la desmotivación. La salida más fácil ante este escenario puede ser dejarse absorber; sin embargo hacer una pausa en el camino y buscar un nuevo enfoque puede brindarte un segundo aire, y darte un cambio de perspectiva para tu vida laboral y personal.
No necesariamente nos referimos a practicar una disciplina deportiva, sino a enfocar algo de tu tiempo libre en acciones que te enriquezcan física, mental o culturalmente.
Si necesitas razones para dar este paso ten en cuenta los siguientes beneficios y escoge cual es la actividad con la que quieres complementar tu jornada diaria según tus intereses y aptitudes:
Te organiza
Aunque al principio sientas que tu nueva actividad le está quitando tiempo a tus quehaceres laborales, con el tiempo te darás cuenta que por el contrario, este nuevo hábito es el complemento que necesitas para descubrir que tu día alcanza para muchas cosas más y que es solo cuestión determinar tus prioridades.
Despeja tu mente
Sin duda, cuando integras a tu rutina diaria la práctica de una disciplina, el primer cambio que percibirás y que percibirán los que te rodean es tu actitud y disposición. Laboralmente esto se ve reflejado en tu rendimiento, pues al aumentar tu concentración será mucho más fácil enfocarte y proponer alternativas para mejorar el desempeño de tu equipo de trabajo.
Te hace más responsable
Cuando la disciplina se convierte en hábito, inmediatamente te vuelves tu propia inspiración, lo que te genera confianza para asumir nuevos retos. Este nivel de responsabilidad será fácil de identificar por parte de tu entorno laboral, y sin duda te consolidarás como la primera opción ante varios candidatos para ascender en este ámbito.